Tocaba volver a casa para curar las heridas de la primera derrota de la temporada en Mungia, y las expectativas no eran las mejores por el gran número de bajas con las que las azules afrontaban el partido. Sin embargo, las nuestras supieron sufrir para imponerse en casa, y lograr la segunda victoria.
El arranque del encuentro fue divertido y muy enérgico, con ambos equipos tratando de correr y dando velocidad al juego. Lo que se tradujo en muchos puntos y un elevado desgaste físico, algo que no era especialmente positivo para las nuestras, que se enfrentaban a un equipo con mayor fondo de armario. Sin embargo, las sensaciones eran positivas y el parcial acompañaba (18-14).
Tras el primer periodo, las cosas cambiaron, el partido se convirtió en una lucha defensiva, con menos posesiones y una mayor complicación para generar ventajas. El ritmo bajó, y con él la anotación, las locales aguantaron un arreón visitante y se repusieron para marchar con ventaja en el luminoso al descanso (30-23).
Tras el paso por vestuarios, Mazarredo Fisioterapia Unamuno salió con ganas de romper el partido; las pupilas de Iñigo Doñabeitia se pusieron las pilas atrás, y desde la defensa consiguieron tomar rentas. Pero C.B. San Ignacio no estaba dispuesto a vender barata su piel, y las visitantes consiguieron igualar el parcial para acercarse de nuevo (40-33).
En el último periodo el conjunto riojano se propuso complicar la fe de las nuestras, y siguieron recortando distancias. Sin embargo, las azulonas supieron mantener la calma, buscar las mejores opciones y leer las ventajas para cerrar el encuentro y lograr una victoria balsámica para seguir creciendo y trabajando (55-42).