Tras una par de semanas de mucho trabajo cayó la novena victoria contra un rival duro, muy duro y muy bien trabajado.
Ambos equipos conscientes de lo que estaba en juego se dedicaron, especialmente, a defender como primera premisa para ganar el partido y ello hizo que el partido tuviera un ritmo anotador bajo pero, a pesar de esto, el partido estuvo plagado de intensidad y emoción hasta el final.
Como en toda novena la devoción, la creencia en la victoria, en todo momento y hasta el final resulta fundamental y, en esto, nadie nos debe ganar, sabiendo como sabemos que todos los partidos esta temporada van a ser así largos, muy largos y que muchos de ellos se decidirán en la línea de tiros libres.
Pero la devoción debe ser permanente, continua, ininterrumpida, en todos los partidos, no sólo en los considerados a priori complicados, porque de ser sólo puntual no alcanzaremos el objetivo soñado: El ascenso a los cielos, a primera división, por meritos propios.
Felicidades chicas y a seguir trabajando duro como hasta ahora sin bajar nunca la guardia y con la creencia firme de que sí se puede.
Un saludo cariñoso al público fiel que nos sigue y nos apoya siempre, especialmente cuando vienen mal dadas.
Zorionak eta segi aurrera!